Respetar las distancias evitará que tus plantas se enfermen o bien se contagien plagas. Permitirá que crezcan sin "luchar por el sol", que el aire circule correctamente, que no se amontonen y se deformen en consecuencia, en fin, que no compitan por el espacio y por lo tanto, den buenos frutos.
Ojito! Si sembraste "a chorrillo" o bien realizaste siembra directa y crecieron algunas plantas muy cerca de otras tomá coraje y raleá el cantero. Qué significa esto? Deberás seleccionar "la planta ganadora" que quedará en tu huerta y sacrificarás la otra. Si, si, sé que duele y mucho, esa plantita verde, indefensa, que ves asomarse, que sembraste con amor, regaste y cuidaste y finalmente surgió es parte de vos... pero si dejás que crezca y no tiene espacio suficiente para desarrollarse no tendrás una buena cosecha y perjudicarás a las plantas de alrededor, castigando así tooooooda tu cosecha. Vale la pena? No. Así que a tomar coraje y sacar las plantitas que "sobran" en tu cantero!
Lo mismo sucede con los almácigos. Sé que tener que desechar una plantita que ha tenido mucho, mucho cuidado (armaste la lata para su siembra, pusiste las semillas, regaste con rociador diariamente, la sacaste al sol durante el día y la entraste durante la noche - o bien la cubriste - para que la helada no la mate, etc, etc.) pero corre la misma regla: muchas plantas amontonadas te significará una mala cosecha.
Recordá que el clima ideal para hacer los trasplantes son los días nublados, con probabilidad de lluviecitas (no tormentas que arrasen con todo eh?) para que la planta no sufra tanto el cambio de hábitat. El trasplante las estresa por lo que si le sumás el hacerlo en pleno rayos del sol, un día de 30° a la sombra... y... puede que alguna que otra no sobreviva...
Aprovechá los días nublados para sembrar y trasplantar en tu huerta, despegate del sillón y volvé a contactarte con la naturaleza!
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